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regresar y empezar.

Volver de mi estancia del intercambio fue más difícil de lo que imaginé. Nunca creí que me fuera a acostumbrar a vivir sola, pero lo hice. La vida en la capital me enseñó a estar conmigo misma y a disfrutar mi momento, también a conocer lugares y personas

Coincidir con la gente del intercambio me enseñó a que todos podemos venir de diferentes estados y países del mundo pero que nos pueden poner un karaoke y todos pedimos las mismas canciones. He ahí la magia de un intercambio, me encantó coincidir, me encantó estar.

A pesar de lo que tuvimos que pasar a mitad del semestre, el sismo del 19 de Septiembre fue motor para querer ser valientes por uno mismo y por el país. El sismo fue un punto en contra pero no uno que detonara mi estancia, en cambio salir a ayudar, compartir y ser solidario fue lo que hizo que mi intercambio en la ciudad se volviera valioso.

No cambiaría mi estancia por nada, me gustaban mis clases de periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales , amaba las lecturas que tenía que hacer para las clases.

Amaba tener como tarea leer, ya sea un libro de texto o un cuento. Me traje todas las lecturas y todos los autores que conocí gracias a mis clases.

Mi ubicación, Cerro de Agua 179 era mi dirección y el piso en Barbados M1 fue mi hogar por 5 meses y medio. Me encantaba la vida en el departamento: mi cuarto, la cocina, la sala.. día a día se fue convirtiendo en mi lugar, mi parte favorita del día era llegar de clases y preparar de comer.Barbados M1 fue la casa en la que mis amigos también se sentían a gusto para llegar a cualquier hora del día o pasar la noche después de la fiesta, preparar de comer para todos, lavar ropa, ver películas e incluso para ser refugio después del sismo. Mi departamento se volvió un punto de reunión el cual recuerdo con mucho cariño.

La vida en la ciudad la disfruté siendo de día o de noche. De día en un sábado por la tarde para ir al Centro Histórico a pasear y después ir a la Colonia Condesa a comer o de noche para ir a un bar en la Roma a bailar. Todo siempre terminaba en mi departamento con mis amigos dormidos en el sillón.

Algo que agradecí fue estar tan cerca de la zona cultural de la Universidad, cerca del museo de arte contemporáneo, del museo de ciencias, el de cinematografía, la sala de conciertos, librerías y bibliotecas. Además, de poder asistir a las exposiciones que hubo este semestre en Bellas Artes y en la Cineteca. Ir Bellas Artes era de mis paseos favoritos, caminar dentro y fuera del museo es el verdadero arte. Pude ir a ver el Ballet del Lago de los Cisnes dentro del teatro del museo y fue una experiencia maravillosa. En la Cineteca pude desquitar las salas de cine, las muestras y los ciclos de cine extranjero. Aproveché cada función.

Algo que quiero mencionar es que tener cerca el metro era lo mejor, pues las aventuras dentro de la Línea 3 con mis amigos era muy divertido: a veces iba tan lleno que no podíamos ni sostenernos, a veces iba vacío y podíamos sentarnos donde quisiéramos, los viajes podían ser tan largos como para transbordar a otras 2 líneas más o tan cortos como para quedarnos cerca de la puerta y bajar.

Todo como fun una aventura en la ciudad para ir a un concierto, un museo, una película, un restaurante o hasta tomarlo como un nexo para tomar un bus y emprender un viaje.

Hice varios viajes dentro del país, fui a las pirámides y subí la del Sol y la de la Luna. Hice un viaje por pueblos mágicos a partir de Puebla y conocí muchas zonas arqueológicas que están dentro de Cholula y Atilxco. Lo que más me gustó es que son lugares muy coloridos y la comida es un tesoro. Fui por cuatro días y me quedé a dormir en hostales y me subí a un tren.

Fui al Nevado de Toluca y ese fue el paseo que más me gustó porque el día era muy frío y me fui con mi grupo de amigos del intercambio. Subí muy alto, había nieve, una brisa helada y un lago muy grande. Ese día la pasé bien y hubo muchas fotos.

Tuve la oportunidad de poder ir al periódico la Jornada cada semana a partir de Octubre y fue una experiencia que no voy a olvidar jamás. Porque además de poder conocer el espacio, pude conocer a la gente que trabaja ahí todos los días, conocer como se trabaja en el campo al hacer una entrevista y como se redactan las notas. Fue la primera vez que escribía para un periódico y que mi nombre salía impreso. Fue un sueño vuelto realidad.

Pasé mi cumple años con mis amigos del intercambio: Tuve un pastel de chocolate en casa y una comida muy rica en la Roma acompañada de muchas velitas de cumple años y fotos. La pasé tan bonito y fui feliz de poder cumplir 21 años rodeada de puro amor. También salí de fiesta ese fin de semana a bailar y no hubo otra cosa más que buena compañía y música. Ese día traía puesto un conjunto de brillos dorados y plateados que me hizo sentir tan contenta.

Y creo que de eso se trata la vida, de sentirse feliz como si trajera puesto ese conjunto de brillos todos los días y de sentirse a gusto con los amigos y saber que la familia siempre estará ahí.

Irse de casa un tiempo es necesario para tener la experiencia de estar uno solo por su cuenta y aprender a valorar lo que se tiene cerca. Me hizo valiente, porque día a día me enfrentaba a cosas que podían darme miedo o hacerme sentir nerviosa y tenía que ser valiente por mi, el sismo fue parte de esto y tenía que ser fuerte. Me di cuenta que hay personas que se pueden volver tu familia y que hacer amigos es lo más valioso que uno puede hacer en esta vida. También aprendí a decir adiós, a abrazar mis miedos y tomar riesgos. A no tener miedo de las primeras veces y dejar de dudar en mi misma porque ya aprendí a valorarme como persona y que puedo hacer todo lo que me proponga.

Por eso, en este nuevo año que comienza mañana quiero empezar contenta y agradecida por todo lo que viví, que además del intercambio fue bueno, pues antes de irme pasé unos días muy bonitos con mis hermanas y mis primos y cuando volví hace quince días eran a los primeros que quería ver, antes de irme fui a muchos conciertos, perdí el miedo a manejar, hice un viaje en semana santa con mis amigos, tuve un trabajo en el verano y pude ir al estadio toda la temporada. Ya que volví fui feliz de estar en estas fechas con mi papá ,mi mamá y mis abuelas.

Estoy muy emocionada por lo que trae el 2018: viajes, trabajo y una carrera en Comunicación terminada. Estoy contenta de empezar un nuevo año y me provoca una nostalgia enorme dejar atrás el 2017, pero me quedo con la experiencia y todos los momentos tan especiales.

¡Gracias vida!


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